Entrevista a Irene Méndez y Ángel Mínguez, Copresidentes de la Federación Española de Estudiantes de Odontología (ANEO), publicada en la revista "Maxillaris" en su edición de Junio.
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¿Cómo se valora desde la ANEO el proceso que
están siguiendo en las facultades españolas de Odontología
para su adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior?
Irene Méndez. Existen grandes diferencias entre unas facultades
y otras a la hora de desarrollar el proyecto Bolonia. En
algunas facultades se ha creado un grupo de trabajo que discute
cuáles deberían ser los cambios que producirían una
mejora en la calidad docente y cómo deberían ser desarrollados.
Se ha contado con los alumnos en esas charlas, se les ha
informado y se ha tenido muy en cuenta su opinión. Sin
embargo, en otras facultades se ha hecho un ‘copia y pega’de
otros planes de estudios, sin contar en ningún momento con
la opinión de los estudiantes que, al fin y al cabo, son los más
afectados con este nuevo proceso.
En mi opinión, es impensable intentar elaborar un nuevo
plan, dirigido a mejorar aspectos que hasta ahora fallaban en
nuestra licenciatura, sin contar con el punto de vista de los
estudiantes. Debemos ser informados y sobre todo consultados,
ya que, sólo si se conocen los puntos débiles que los estudiantes
apreciamos, éstos pueden ser resueltos. Para conseguir
que este plan sirva para mejorar, la solución es aportar
ideas durante su elaboración, trabajar codo con codo con los
docentes que están en las diferentes comisiones y no montar
una tienda de campaña y quedarse a dormir en las facultades.
Si queremos un plan que funcione, debemos desarrollarlo
de manera global entre toda la comunidad universitaria y no
hacerlo de forma unilateral sin contar con todos los puntos
de vista y, sobre todo, sin evaluar qué es lo que falla y qué es
lo que podemos mejorar.
¿Qué medidas sería oportuno contemplar en los nuevos
planes de estudios?
Ángel Mínguez. Los estudiantes creemos que es muy importante
que, durante el primer ciclo de la carrera, las asignaturas
empiecen a hacer referencia a lo que va a ser nuestra profesión.
Nos gustaría que aumentase el peso de las materias
específicas en el primer ciclo, ya que no es de recibo que los
estudiantes lleguen a tercero sin ni siquiera saber lo que es
una endodoncia, una turbina o un composite. Desde la ANEO
proponemos introducir una asignatura en la que los alumnos
de primero y segundo auxilien en la clínica a los alumnos de
segundo ciclo, para ver cómo va a ser su profesión y no tener
que esperar hasta tercero para comprobarlo.
También consideramos que hay ciertas asignaturas que
pueden impartirse perfectamente en segundo, como podría
ser Odontología preventiva, y hay otras que me atrevería a
decir que son hasta prescindibles, como Psicología, que o bien
se mejora notablemente su forma de impartirla y se hace un
enfoque más odontológico o bien se podrían dar esos créditos
a otras materias en las que tenemos grandes carencias.
Pero esto, en ciertas ocasiones, no es tan fácil hacerlo, y más
cuando en el Real Decreto vienen marcadas unas pautas que
indican claramente la vinculación a la que debe someterse un
porcentaje de créditos.
Por otro lado, la odontología evoluciona de una forma increíble
y hay que actualizarse de forma constante. Por este motivo,
creemos que los nuevos planes de estudios deben incluir asignaturas
de implantología, odontología estética o sobre nuevas
tecnologías en patología y terapéutica dental. Además, un plan
de estudios perfecto debería incluir un aumento de las sesiones
prácticas. Pese a ser una de las carreras más prácticas, no se puede
entender cómo hay alumnos que acaban los estudios sin
haber hecho ni siquiera una extracción.
¿Es posible hacer el proceso de Bolonia a coste cero?
Irene Méndez. Por mi parte expresaría un alto y claro no,
y creo que la mayor parte de la comunidad universitaria,
tales como profesores, alumnos o rectores, daríamos la
misma respuesta. Es un error de base intentar realizar un
cambio de esta envergadura pretendiendo que, con los
mismos recursos de personal, infraestructuras y material,
las universidades puedan llevar a cabo todo lo necesario
para que el plan Bolonia sea realmente un cambio de mentalidad,
que se refleje en la metodología de trabajo y no
únicamente en una conversión de la denominación de los
términos, como me temo que será.
Un cambio que se ajuste a las necesidades reales de los
estudiantes requiere de una implicación absoluta de toda la
comunidad docente, para que se traduzca en un cambio en la
metodología de enseñanza y, por tanto, de evaluación. Es
necesario que exista un número de personal docente suficiente
para poder atender todas aquellas actividades (tutorías, clases
dirigidas…) que se proponen en el plan Bolonia. El Estado
debería apoyar el proyecto aportando a las universidades los
recursos necesarios para que no sea un fracaso.
¿En qué aspecto mejorará la formación de grado con los
nuevos planes de estudios?
Ángel Mínguez. Nosotros creemos que nuestra carrera ya funcionaba
en parte como está proponiendo ahora el plan Bolonia,
así que dudamos que vaya a cambiar demasiado el sistema.
Por otro lado, estamos seguros de que nuestras comisiones
de elaboración de planes de estudios harán un trabajo
estupendo y conseguirán crear un título en el que la formación
sea mejor que la que hay ahora.
¿Se ha logrado llegar a una uniformidad de los planes de
estudio en todas las facultades españolas de Odontología?
Irene Méndez. Todavía no se han aprobado por todas las instituciones
pertinentes todos los planes de estudios de las distintas
facultades de Odontología, por lo que no es posible
hacer una valoración real. Aunque sí es cierto que los documentos
que rigen el desarrollo del plan Bolonia fijan unos
apartados fijos e imposibles de modificar, que deben ser
comunes a todos los planes de estudios, hay un largo listado
de puntos que quedan para la autonomía de gestión de la que
gozan las distintas universidades, y en los que hemos observado
que existirán diferencias significativas entre unos planes y
otros. Es posible que cada facultad conceda más protagonismo
al área de conocimiento que goza de más nombre y, por
tanto, los créditos que se le concederán no tienen por qué ser
iguales en los distintos planes de estudios.
Si realmente se apostase por el desarrollo de unos planes de
estudio que facilitasen a los estudiantes una mayor movilidad,
no se dejarían tantos puntos a la libre elección de cada facultad.
En la opinión de la ANEO, ¿es adecuado el diseño de la formación
de posgrado que se está haciendo conforme a Bolonia?
Ángel Mínguez. Si fuese por nosotros, toda la formación la
intentaríamos incluir en el grado, pero sabemos que esto no
es posible. Tras cinco años de grado tenemos una serie de
carencias que podemos intentar suplir de alguna forma, y
hacer un posgrado puede ayudar a que mejoremos en
muchos aspectos como profesionales.
Aún así, no hemos comprobado exactamente cuáles van a
ser los diseños de dichos posgrados, pero consideramos que
no diferirán demasiado de los que hoy conocemos, probablemente
la situación no cambie en exceso. De todas formas,
siempre se puede diseñar mejor, aunque el tiempo nos dirá si
el plan es adecuado o no.
Irene Méndez. El hecho de que se haya propuesto una formación
de posgrado que incluye un periodo de desarrollo práctico,
mediante la formación máster, y otro de desarrollo científico,
a través de un trabajo de investigación original, hace que
realmente se aúnen las dos vías que son necesarias para formar
a un buen profesional. Se deben mejorar, por un lado, las
habilidades prácticas y, por otro, la implicación en la actividad
científica para que los estudiantes se conviertan en personas
capaces de pensar y así hacer crecer la profesión, no sólo en
mecanicistas que repiten una técnica una y otra vez sin aportar
cambios que la perfeccionen.
¿Qué valor tendrán los títulos propios cuando existan los
másteres oficiales?
Irene Méndez. En este aspecto aún no existe una información
clara y precisa sino, únicamente, predicciones. No obstante, la
instauración de una formación posgraduada oficial establecerá
una comparativa con los cursos ofertados hasta ahora y,
posiblemente, la nueva oferta será más valorada por varios
motivos. En primer lugar, será una formación reglada y más o
menos similar en todos los centros que la impartirán, al contrario
de lo que actualmente son los títulos propios que, como
sabemos, unos duran un año con seis horas por las mañanas y
otros tres años a tiempo completo y con trabajo de investigación
incluido; no hace falta decir que el grado de formación
que se recibe en unos y otros no tiene comparación alguna.
Espero que los másteres oficiales sean una forma de formalizar
este tipo de situaciones, quedando bien delimitado qué
es, por ejemplo, un máster en cirugía y qué debe cumplir para
que así ni estudiantes ni pacientes sean engañados por la
trampa de un diploma. Para el paciente que lee en una clínica
‘máster en cirugía’es lo mismo que sea de tres años o un curso
fin de semana, ya que no tiene por qué estar al tanto de la formación
existente en Odontología y, no nos engañemos, los
profesionales no están igual de preparados en ambos casos.
En cuanto al coste de la formación de posgrado, ¿habrá
incrementos en relación a la oferta actual?
Irene Méndez. Actualmente los másteres existentes no
forman parte de un sistema educativo reglado como es el
plan Bolonia; están dirigidos por centros privados o grupos
particulares de docentes en los que el precio de los
mismos no les viene impuesto por un organismo superior.
Por ello, esperamos que los posgrados oficiales se establezcan
con unos precios suficientemente asequibles como
para que ningún estudiante deba renunciar a esa formación
por no poder costeárselo y se anule el agravio comparativo
existente en la actualidad por razones de dinero.
Si queremos una gran progresión en nuestra profesión, debemos
darle la formación adecuada a todas aquellas personas que
puedan suponer un desarrollo de la actividad científica y la mejora
de la calidad asistencial, y no únicamente a aquellos que puedan
costearse los elevados precios que ahora sufrimos. Estamos
hablando de una profesión de la salud en la que asegurar una
buena formación de nuestros profesionales es una necesidad
para la población.
Hoy por hoy, ¿ tiene el recién licenciado suficiente formación
para incorporarse directamente al mercado laboral?
Ángel Mínguez. Quizá el problema del recién egresado a la hora
de incorporarse al mercado laboral no sea tanto lo formado que
esté como el problema de plétora profesional al que nos enfrentamos.
Hoy en día, un recién licenciado lo tiene muy difícil para poder
trabajar y sobrevivir. Parece que no se quiere ver, por parte de
algunas instituciones, que los odontólogos tenemos un problema
muy grave: hay un exceso alarmante de dentistas.
Para denunciar ante las instituciones públicas este problema,
a finales de marzo, desde la ANEO convocamos manifestaciones
en diversas ciudades de España, unas movilizaciones que tuvieron
una respuesta positiva por buena parte del alumnado. Pero
esto es solamente el principio. Si la situación se mantiene como
hasta ahora, seguiremos haciendo que nuestra voz se escuche y
peleando por los intereses de los estudiantes que van a salir al
mercado laboral y lo primero que van a tener que hacer es cola
en el INEM.
Un recién licenciado tiene carencias, pero puede ejercer perfectamente
siempre y cuando conozca sus limitaciones y las respete.
De todas formas, el problema del recién egresado no es su
formación sino la plétora profesional.
¿Qué medidas considera necesarias la ANEO para combatir la
plétora profesional?
Ángel Mínguez. Lo primero que debería hacerse es un estudio
de las necesidades de dentistas en España. Después, tras dicho
estudio, debería implantarse un numerus clausus basado en los
resultados obtenidos, de forma que se limite el número de alumnos
que se licencian o gradúan al año.
También le estamos dando vueltas al tema de que la sanidad
pública recoja más prestaciones odontológicas, por lo menos las
102 MAXILLARIS, junio 2009
básicas para mantener una salud oral aceptable. Hemos convocado
manifestaciones desde la ANEO para denunciar el problema al
que nos vemos sometidos y mientras no cambie nada seguiremos
organizando actos de protesta. Otra cosa es que nos quieran
hacer caso.
Además de la formación impartida en las universidades hay
numerosos centros privados que ofrecen sus cursos de formación
posgraduada o continuada. ¿Se ajusta esta oferta a las necesidades
de los profesionales?
Irene Méndez. La formación básica de pregrado y la de posgrado
deben ser enseñanzas regladas con unos objetivos bien delimitados,
que permitan al estudiante desarrollar las capacidades
necesarias, y todo ello bajo un control exhaustivo por parte de los
organismos competentes.
En ocasiones, muchos recién licenciados, con mucha ilusión
por continuar su formación, son embaucados por una serie de
cursos que finalmente no cumplirán las expectativas requeridas y
en los que se habrán gastado un buen dinero.
Creo que los estudiantes debemos optar por una formación
seria que nos ofrezca unas garantías de calidad. Debemos analizar
muy bien las ventajas que nos ofrecen unos estudios y otros,
el tiempo que duran, quién los avala, y no dejarnos llevar por la
primera presentación. En mi opinión, optaría por la formación respaldada
por las universidades de prestigio y por docentes de reconocida
trayectoria, o bien por la formación continuada que ofrecen
los colegios de odontólogos, ya que se trata de una formación
asequible que nos permite actualizarnos de forma continua.
El resto de la oferta de los estudios supone un complemento
en nuestra formación pero, en ningún caso, un objetivo
primordial.
También muchas empresas ofrecen formación sobre sus productos
y sobre cuestiones científicas. ¿Cómo se valora desde la
ANEO la participación de los fabricantes en el mundo formativo?
Ángel Mínguez. Muy positivamente. Además, muchas veces las
casas comerciales necesitan formarnos si pretenden que en un
futuro les compremos sus productos.
Irene Méndez. Por supuesto me parece positivo, ya que creo que
todos los implicados en esta profesión tenemos que poner nuestro
granito de arena para que mejore cada día y España se con-
vierta en un país puntero. Muchas veces los fabricantes llevan a
cabo estudios sobre nuevos materiales cuya incorporación a
nuestras técnicas terapéuticas supone una mejora para todos,
de forma que creo que también deben tener su papel dentro
de la formación de los profesionales de la odontología.
¿Hasta qué punto es conveniente la integración del sector
industrial y empresarial en el mundo académico y universitario?
Ángel Mínguez. La universidad debe ser regida por el profesorado
universitario y las decisiones las debemos tomar en
conjunto docentes y alumnos. Esto no quita para que se puedan
hacer convenios puntuales con diferentes empresas si así
se acaba beneficiando al alumnado de una forma u otra. Lo
que prima es la formación de los alumnos.
Además de la nueva web estrenada a finales del pasado
año, ¿qué otras líneas de acción están en la agenda de la ANEO
para el corto plazo?
Ángel Mínguez. Tenemos muchos proyectos en mente, tales
como seguir con la concienciación de que en Odontología
tenemos un problema de plétora profesional; conseguir convenios
con diferentes firmas comerciales en beneficio de los
alumnos; coordinar el trabajo de las asociaciones locales;
entregar la beca ANEO e intentar, si la crisis nos lo permite,
sacar un nuevo número de nuestra revista.
Irene Méndez. Durante estos últimos meses de curso se
va a llevar a cabo por parte de las distintas asociaciones
locales que forman la ANEO el Taller Nacional de Higiene
Bucodental, dirigido a niños de primaria de distintos colegios
de la geografía española.
Los alumnos les enseñarán las técnicas correctas de higiene
oral y hábitos saludables que mejorarán su estado bucodental.
Se complementará con un vídeo educativo y finalmente
se entregarán unas muestras para que se inicien en el cuidado
de su boca. Además, se elaborará un estudio que evaluará
el resultado de dicha campaña.
Asimismo, es posible el inicio de actividades conjuntas con
otras organizaciones de estudiantes de ciencias de la salud. Y,
por supuesto, durante estos meses podremos todos nuestros
esfuerzos en el próximo congreso de la ANEO.
¿Qué expectativas se tienen del XVI Congreso de la ANEO,
en Bilbao?
Ángel Mínguez. Las expectativas son altísimas. Hay un equipo
increíble en Bilbao que tiene mucha ilusión y muchas ganas
de trabajar, estoy seguro de que todos juntos seremos capaces
de llevar a cabo uno de los eventos más importantes del
año en lo referente a alumnos.
Irene Méndez. Como bien dice Ángel, existen únicamente
expectativas positivas si pensamos en el año y medio
que nuestros compañeros de Bilbao llevan con la organización
del congreso y, sobre todo, con la buena aceptación
que el congreso ANEO tiene cada año entre los estudiantes
de toda España.
Es de destacar el fantástico programa científico que han
conseguido elaborar los alumnos de Odontologo Berriak,
nuestros compañeros de Bilbao. Contarán con personalidades
como los hermanos doctores Zabalegui o el doctor Bagán.
Además, nos harán disfrutar de su fantástica costa durante el
día social, lo que hará que el congreso ANEO sea nuevamente
una visita inolvidable para los 300 estudiantes de odontología,
que aproximadamente acuden cada año.
ESTRATEGIA TERRITORIAL INTEGRADA (ETI)
Hace 7 meses
3 comentarios:
"El Estado
debería apoyar el proyecto aportando a las universidades los
recursos necesarios para que no sea un fracaso."
Sí, y que antes si puede ser el gobierno valenciano le pague a la universidad todo el dinero que le debe. que poca vergüenza hay que tener para hablar del coste cero y no mencionar al gobierno autonómico
Lo que hay que tener es muchas ganas de politizar la educación para ver en ese comentario un alegato político.
Si ha dicho "el Estado" se refiere a la Administración General del Estado (el gobierno central), pero evidentemente también al resto de las administraciones que son Estado. Las administraciones autonómicas y locales son parte del Estado tanto como el gobierno central.
Por si nunca te lo has preguntado, ¿sabes quién es el "representante ordinario del Estado en la Comunitat Valenciana"? No, no es el Delegado del Gobierno. Es el Presidente de la Generalitat.
De todas formas, la respuesta de Ángel iria muy bien encaminada si se refiriera al Gobierno central, pues es La Moncloa la que dirige el Proceso de Bolonia, la que tiene el grueso de las competencias en universidades y la que reparte el presupuesto...
Esa respuesta la ha dado Irene, habrá sido un lapsus por su parte. Aun así, el Estado le debe a la Generalitat 1200millones de euros, de los cuales un porcentaje irá para pagar a las Universidades, supongo.
De todas formas yo opino que las Universidades deberían ser más capaces de autofinanciarse.
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